Una cámara térmica funciona captando la radiación infrarroja que todos los objetos emiten en función de su temperatura. A diferencia de las cámaras ópticas convencionales que capturan la luz visible, las cámaras térmicas son capaces de ver a través de la oscuridad completa, la niebla, el humo y otros obstáculos visuales.
Esto las hace especialmente útiles para la vigilancia y detección perimetral, ya que pueden detectar intrusos basándose en su temperatura corporal en comparación con el entorno.